Hay cosas que vuelven así sin más, cosas que parecían olvidadas y de repente la curiosidad regresa como si nunca se hubiera ido. De la manera más natural. Mi adolescencia estuvo protagonizada por varias obsesiones de Manga/Anime.
Todo empezó, como tanta gente de mi generación, con Bola de Drac! (si en catalán, porque la historia de como empecé con el anime es en catalán) cuando era pequeña, como todo hijo de vecino, era una gran aficionada a los dibujos animados. La verdad es que ahora echando la vista atrás, creo que era más que una afición. Como decía, que me voy del tema, veía cosas como Bola de Dragón, Ranma1/2, Shin Chan, Lamu, Doraemon etc.
Pero la historia del verdadero amor nació con Candy Candy (si señores la historia más moñas de toda la historia de las historias. Una huérfana crece en un orfanato (Little Ponny) y a partir de cierto momento es adoptada por una familia de déspotas que le harán la vida imposible a nuestra protagonista. Se enamorará, irá a un internado (muy ingles) y vivirá todas las desventuras que os podáis imaginar. Un culebrón (creo que el primer culebrón de mi vida.) La verdad es que no se de donde era Candy si francesa, inglesa o japonesa. Lo único que sé es que me enamoré de esa rubia entrañable y eternamente optimista, que pasaran las desgracias que le pasaran siempre tenia un motivo para sonreír y intentar ser feliz.
Cuando todo el mundo a mi alrededor se interesaba por cosas más adolescentes. A mi, me continuaba llamando la atención cosas menos adultas.» Sakura La cazadora de cartas» fue más que un vicio. Me flipaban sus historias. Soy perfectamente consciente que no tenia nada de especial, era una pseudo «Sailor Moon» que se transformaba en cada capítulo y realmente la transformación era más larga que la trama. Pero ella era monísima, Kero era monísimo y las cosas con ese fonda tan Naif me pueden.
Más adelante llegaron las historias que me hicieron entender que la animación japonesa era otra liga. Una noche de verano, durante una madrugada asquerosamente calurosa me puse a ver la tele, aburrida de dar vueltas a mi colchón. Y azares de la vida! di con una historia que me impacto a muchos niveles.
Es curioso porque nunca más la he visto, hasta este momento en que no se me ha ocurrido hablar de ella no sabia ni su nombre. ¿Sabéis esa sensación nostálgica en la que crees que aquello que viste permanecerá mejor en tu recuerdos? Pues eso me paso a mi con la historia de los cuatro hermanos Dragones. El título no esconde la esencia del Anime. Basado en una antigua leyenda China que cuenta la formación de los 4 rios más grandes de China, creo que fue allí donde empezó mi obsesión con los Dragones.
Historias como Ranma 1/2, Las Gemelas de Saint Claire, Love Hina, El Detective Connan precedieron a los grandes amores manganimes de mi vida. Inuyasha el semidemonio con orejas de perro encadenado a un árbol por una flecha lanzada por su antiguo amor, despertado por una chica mortal aparentemente normal que viaja en el tiempo a traves de un pozo y que posee alma de sacerdotisa arquera me robo el corazón.
Y Fushigi Yugi, la historia de la sacerdotisa de Suzaku que deberá reunir a las siete estrellas de su constelación para invocar al Dios Suzaku y regresar a su vida de estudiante. Ese fue el ultimo maga que leí porque en ese momente tube la impresión de que nada me volveria a calar de esa forma. Sufrí y amé tanto Miaka, Tamahome, Nuriko, Chihio el emperador, que me detuve en ese momento.
11 años después de todo aquello descubro booktube no hace más de un año que sigo a Magrat (canal y blog) y ha hecho que me regresen las ganas de volver a estos formatos. No esperéis su calidad. Solo esperad que de vez en cuando os hable de lo que me ha parecido algo a lo que le he incado el diente y hasta aqui mi rencuentro con el Manga. Lo que dará de sí! en próximos posts!