Escucho muchas cosas, observo, dialogo y veo a gente que se miente, que miente con los ojos y con las manos. Situaciones tóxicas. Pasividad emocional. Seres carentes de escrúpulos y de alma. Vacíos.
Me aburre casi todo y casi todos y lo que no me aburre me desespera. Me agoto. Me aburro de la gente con escalas de color limitadas. De los «qué tal… bien…», » qué tal… mal» insulsos y carentes de percepción, carácter o personalidad. Qué manera de malgastar el tiempo. Qué rollo. Será que me he vuelto tan cínica e insolente que ya no me creo nada de nadie, y lo poco que me creo, al final, tampoco.
Mierda de química que no va, de magnetismo que rechaza fuerzas y de estados carenciales de carne y aventuras.
Me estoy mintiendo y es curioso. Y no soy la única que conste.
Sé que no lo soy.
Pero lo mío no es tan fácil.
Y lo mío es de verdad.
Cuando Nadie Mira
Cuaderno de desórdenes y contradicciones
Alejandra G. Remón