Lo que lees no es una dedicatoria, es un aviso:
No pienso parar hasta que cada palabra que
escribas
pierda totalmente su sentido.
Pienso reinventar cada uno de los versos y los besos
que has ido regalando por ahí durante años.
Voy a colarme entre tus oraciones así como
entre tus sábanas.
Voy a dormir en tus horas vivas y en tus horas muertas.
Voy a esconderme en el sabor de cada sorbo de cerveza
que saboreen tus labios.
Voy a ser tan parte de ti, que tus poemas van a ser
puro narcisismo.
Sara Búho
La ataraxia del corazón.